Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

miércoles, 13 de febrero de 2013

CANTEROS Y MONUMENTOS

Maximiano ,  uno de los esforzados de la pica,
posa junto al monumento de Cubillo del Campo.

Cantera de Las Cabras, donde sacaron piedra
Maximiano y sus hermanos.. 

FOTOGRAFÍAS: Monumentos de Cubillo del Campo y Hontoria de la Cantera. Cantera de las Cabras (Tomadas en febrero de 2013). 


Su tatarabuelo fue cantero; su abuelo fue cantero; su padre fue cantero; él y sus cuatro hermanos ejercieron como canteros. De más atrás no tenemos hoy testimonio oral. Todos trabajaron en las canteras de Cubillo del Campo..., ¡huy, perdón!, quise decir en las canteras de Cubillo del Campo-Hontoria de la Cantera, que las sensibilidades están a flor de piel en cuestión de denominación de origen de la piedra y sobre la pertenencia de los montes donde se ubican minas y bocarones. Maximiano del Pino es uno de los pocos canteros vivientes, de los históricos, que hoy podemos encontrar en Cubillo, un pueblo en el que la mayoría de sus vecinos, a lo largo de los siglos, se emplearon en la extracción de la piedra llamada de Hontoria. Sí, esa piedra blanca con la que fueron construidos todos los edificios más notables de Burgos, incluida la Catedral. Maximiano, con sus 82 años, es testigo vivo de cuando en los montes de las canteras sonaban las picas por cualquier escondido rincón del encinar.


MISA EN LA CANTERA DEL POLVORÍN

Ya de muy niño tuvo sus primeros contactos con los huecos abiertos al monte, eso era cuando los domingos asistía a la misa que se celebraba en las profundidades de la cantera El Polvorín para los presos republicanos que, durante la guerra, estuvieron trabajando en la construcción de la carretera de Tornadijo y en labores para habilitar las viejas canteras como polvorines: “Allí hicieron como unas habitaciones para los presos y allí estuvieron refugiaos. Nosotros íbamos de chavales a la cantera, porque les decían misa a los presos; tenían un cura y decían una misa, nos juntábamos cinco o seis, y cuando se nos antojaba, decíamos: oye, ¿vamos a misa al Polvorín, que a las doce van a decir misa a los presos? Eso era en la cantera de abajo, que allí descargaban las bombas [pues] tenían una plazuela y podían dar vuelta los camiones”. Al poco de aquello ya tuvo que ir con su padre a la piedra, y a partir de los 15 años se dedicó de lleno a este laboreo formando cuadrilla con sus hermanos durante muchos años. Las cuadrillas salían a las nueve de la mañana hacia el monte y ya no volvían a Cubillo hasta caer la noche, con las narices colmatadas por el humo de los candiles. Unas se dirigían hacia las canteras del Polvorín, otras a La Alta, otras a La Hundida, y Maximiano y sus hermanos a las de Las Cabras, las más alejadas, al pie del que ahora llaman El Camino del Cid. Las mujeres, hijas y esposas, subían al mediodía, en solitario o en cuadrilla, monte a través o por caminos de carretas, a llevar la comida a maridos y hermanos: “Salías a las doce y media de la escuela y a la una o una y media tenías que estar allí”, cuenta la mujer del cantero. Con sus pucheros de cocido, colaboraban de esta manera en la economía que llegaba del pedregal.

En las profundidades de la cantera decían misa a los presos.
El cura se ponía arriba, los presos, abajo.


DOS MONUMENTOS A LOS CANTEROS

Maximiano del Pino puede impartir, a quien tenga curiosidad y se lo pregunte, lección magistral de cómo se llevaba a cabo la extracción de la piedra. Pero para esta cuestión, desde 2003 existe en Cubillo del Campo un monumento al cantero, sumamente didáctico, en el que se puede ver con nitidez la técnica empleada. Se trata de un conjunto escultórico, hiperrealista, con la figura de un cantero arrodillado y trabajando sobre un bloque de piedra semejante a los que sacaban en el pasado Maximiano y sus hermanos, y todos los canteros de Cubillo-Hontoria (entonces, con las picas,  sacaban un bloque a la semana, a lo sumo, dos, y ahora, con las máquinas modernas, sacan dos o tres en un día). Y es el de Cubillo un monumento que ya tiene su réplica en Hontoria, donde recientemente ha sido instalado otro conjunto escultórico de la misma temática, algo más abstracto, si se me permite la expresión. Ambos homenajes artísticos dan a entender una clara competición de los dos pueblos y que uno y otro pretenden defender su protagonismo en la historia de las canteras, y en lo que pueda devenir a través de ellas. 


Maximiano y monumento al cantero en Cubillo del Campo.

Pica, cuñas y candil. 

Hierro y piedra.  Monumento   al cantero
en Hontoria de la Cantera.



Conjunto escultórico en Hontoria de la Cantera.


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